Chile, a un paso de aprobar el esperado matrimonio igualitario

Chile se encuentra a un solo paso de convertirse en el octavo país de Latinoamérica en legalizar el matrimonio igualitario, luego de que el Senado diera luz verde este miércoles a un proyecto que fue presentado en 2017 y que ahora debe ser discutido en la Cámara de Diputados.

Por amplía mayoría (28 votos a favor de un total de 43) y en una histórica sesión que terminó con aplausos, los senadores aprobaron la iniciativa legislativa que, además de llamar matrimonio a las uniones entre personas del mismo sexo, permite la adopción y la filiación.

El proyecto se ha convertido en los últimos años en una de las mayores luchas de los colectivos LGTBI en Chile, donde los homosexuales solo pueden unirse desde 2015 bajo la figura del Acuerdo de Unión Civil (AUC), que no reconoce derechos filiativos.

“Estamos lo más cerca que hemos estado en la historia de Chile de la igualdad familiar para las parejas del mismo sexo. Hoy celebramos un paso más hacia una victoria rotunda para toda la sociedad”, dijo la directora ejecutiva de la Fundación Iguales, Isabel Amor.

La iniciativa legislativa también cambia el concepto de madres o padres por el de progenitores, reconoce las uniones contraídas en el extranjero, permite definir el orden de los apellidos de los hijos y elimina a la homosexualidad como causal de divorcio culposo, entre otros aspectos.

“Hoy damos un paso importante tras 30 años de lucha, de manifestaciones y de dos demandas internacionales contra Chile por prohibir el matrimonio igualitario”, indicó Rolando Jiménez, activista del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh).

De aprobarse en las próximas semanas en la Cámara de Diputados, donde se espera que cuenta con una mayoría de apoyos, Chile se sumaría a Argentina, Brasil, Colombia, Uruguay, Ecuador, Costa Rica y varios estados mexicanos.

“UN PROYECTO DE DERECHOS HUMANOS”

El proyecto se presentó en 2017, durante el segundo mandato de la expresidenta socialista Michelle Bachelet (2014-2018), y estuvo atascado más de cuatro años.

En enero de 2020, el Senado decidió aprobar la idea de legislar el matrimonio gay, pero no avanzó en su articulación ante la férrea oposición de los partidos de derecha de la coalición oficialista.

Su reciente reactivación se produce luego de que el pasado 1 de junio el presidente chileno, el conservador Sebastián Piñera, dijera en su última rendición de cuentas pública antes de dejar el cargo en marzo de 2022 que “ha llegado el tiempo” de aprobarlo y otorgara carácter de “urgencia” a su tramitación.

“El matrimonio igualitario nos hace mucho más tolerantes, mucho más comprensivos, mucho menos discriminadores y nos hace vivir en paz con nosotros mismos”, afirmó Rodrigo Galilea, uno de los cuatro senadores oficialistas que votó a favor.

Para la presidenta del Senado, la democristiana opositora Yasna Provoste, “no es un proyecto valórico, se trata de un proyecto en materia de derechos humanos y los derechos humanos no se defienden dependiendo de si me acomoda o no, sino que se defienden con convicción”.

El sorpresivo respaldo de Piñera, quien rechazó en 2019 darle urgencia al mismo proyecto y acelerar su tramitación, cayó como un jarro de agua fría en los partidos que forman la coalición con la que gobierna, especialmente en la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente (UDI).

“La definición de matrimonio no busca discriminar, simplemente busca respetar la naturaleza de dicho contrato (…) No es discriminación cuando se busca igualar situaciones que no son iguales”, aseguró Luz Ebensperger (UDI), una de las integrantes del Senado que más se oponen al proyecto, que cuenta con amplío apoyo en la ciudadanía.

Según un sondeo reciente de Ipsos, el 65 % de los chilenos cree que se debería permitir el matrimonio gay, lo que coloca a Chile como el segundo país latinoamericano con mayor respaldo, solo por detrás de Argentina (73 %), el primer país de la región en legalizarlo en 2010.

Comunidad LGTB enfrenta “alarmante aumento” de restricciones a la libertad de expresión

Las personas de la comunidad LGTB+ enfrentan un “un alarmante aumento” de restricciones a la libertad de expresión que se traducen en censura, detenciones y persecuciones, denunció este jueves Ilga World, una asociación internacional de organizaciones de lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex.

En un informe que abarca de enero de 2023 a abril de 2024, Ilga World destacó que aunque en algunos lugares del mundo hay avances en los derechos de las personas LGTB+, esto a menudo ha sido acompañado de una resistencia.

“Hay una oposición implacable que socava los avances logrados en materia de igualdad de derechos” para la comunidad LGTB+, apuntó la organización.

Dhia Rezki Rohaizad, uno de los autores del informe de Ilga World, denunció en un comunicado “un alarmante aumento de las restricciones a la libertad de expresión y asociación”, que se traduce en censura, detenciones y persecución.

La oenegé celebró una tendencia mundial hacia la despenalización, pero señaló que en gran parte de África y en ciertas zonas de Asia hay una “regresión inquietante”.

En los últimos 16 meses, países como Jordania, Kirguistán y Uganda han aplicado normas contra la “promoción” de la homosexualidad y Rusia calificó de “extremista” al “movimiento internacional LGTB”.

Al menos 59 Estados miembros de la ONU tienen leyes, normas y reglamentos que prohíben formas de expresión relacionadas con cuestiones de diversidad sexual y de género.

“Incluso hablar de nuestras vidas en público resulta cada vez más difícil en un número creciente de Estados”, afirmó Julia Ehrt, directora ejecutiva de Ilga World.

“Esta tendencia es extremadamente preocupante: la historia nos ha demostrado en múltiples ocasiones que los avances que nuestros movimientos han logrado en todo el mundo están a menudo a sólo unas elecciones o a una crisis de ser revertidos”, indicó Ehrt.

La oenegé contabilizó que hay 62 Estados que criminalizan los actos sexuales consensuados entre personas del mismo sexo y que en Arabia Saudita, Brunéi, Mauritania, Irán, varias provincias de Nigeria, Uganda, y Yemen, estas relaciones pueden ser castigadas con la pena de muerte.

En otros cinco países -- Afganistán, Pakistán, Catar, Somalia y los Emiratos Árabes Unidos --, las personas que realizan actos sexuales con personas del mismo sexo no cuentan con “plena seguridad jurídica” de no ser castigados con la pena capital.

“Tuvimos constancia de la aplicación activa de formas extremas de pena de muerte en Afganistán y en Yemen”, denunció la oenegé.

- Avances contra las “terapias de conversión” -

La oenegé destacó que hay un aumento de los Estados que han adoptado normativas contra las “terapias de conversión” y 16 países las prohíben a escala nacional, incluyendo Bélgica, México, Portugal y España, pero que en África la idea de usar tratamientos para “readaptar” a las personas LGTB+ se está extendiendo, mientras que en Malasia hay programas públicos con este fin.

Ilga World destacó que, pese a los retrocesos, cinco Estados miembros de la ONU han adoptado el reconocimiento legal del género basado en el principio de la autoidentificación: Ecuador, Finlandia, Alemania, Nueva Zelanda y España, además del estado de Yucatán en México.

Otro avance destacado es que nueve Estados cuentan ahora con garantías a nivel nacional contra las intervenciones innecesarias y no consentidas a menores intersex y que Chile, España y jurisdicciones como el Territorio de la Capital Australiana y las Islas Baleares, en España, se han unido a la lista.

Y además Ilga World celebró que ya hay 35 Estados que reconocen los matrimonios entre personas del mismo sexo, con las reformas en Andorra, Estonia, Grecia y Eslovenia, y que Bolivia y Letonia legalizaron las uniones civiles.

© Agence France-Presse

“Baby” trae a Cannes la realidad LGTB de las calles de Sao Paulo

Cannes, Francia. El director brasileño Marcelo Caetano esboza en “Baby”, presentada este martes en Cannes, la vida de la comunidad LGTB en la bulliciosa Sao Paulo, a través de la historia entre un hombre joven y otro más maduro.

AFP / Esther Sánchez

Ronaldo, que ronda los 40, ha encontrado en la prostitución su medio de supervivencia en la tentacular urbe, de más de 12 millones de habitantes. Conoce a “Baby”, un chico de 18 años que acaba de salir de un centro de detención, y enseguida surge una fuerte atracción entre ellos.

“Baby”, que ha perdido el contacto con sus padres, ve en este hombre una protección y un guía para iniciarse en el mundo de la prostitución. Juntos recorren las calles de Sao Paulo y se sumergen en su bullicio pero también en sus zonas más turbias.

Entre ellos se teje una relación compleja, que oscila entre el amor, el trabajo y la protección.

“Todas las formas de explicarla [la relación] en una palabra sería reducirla. Se puede llamar una relación amorosa o una relación de trabajo, son todas esas cosas. La complejidad de esta relación y de estos personajes viene de eso, dice a la AFP Caetano.

“La gente vive en un momento con una sed muy grande de categorización, de colocar todo en cajas, de definir bastante las cosas. Mi idea era hacer un filme que es más para confundir que para esclarecer”, añade.

Para encontrar a sus protagonistas, el cineasta hizo un casting abierto, con anuncios en internet, en lo que considera “un acto político”, que le permite convocar a todos los intérpretes posibles para que tengan la oportunidad de mostrar su talento y trabajar con personas que están fuera del circuito de actores más conocidos.

“POLARIZACIÓN”

Es el caso de Joao Pedro Mariano, que con el papel de “Baby” da sus primeros pasos en el mundo del cine.

Para preparar el personaje, el actor de 21 años estuvo varias veces en un centro de detención de menores para comprender mejor el sentimiento de esos jóvenes encerrados y también se impregnó de la vida en Sao Paulo.

“Viví en el centro de Sao Paulo, donde conocí a esas personas, intercambié mucho, caminé mucho” por la ciudad, explica Mariano, cuyo personaje se hace amigo de unos jóvenes LGTB que viven en la calle haciendo espectáculos.

“Tuve ese honor de tener un trabajo basado mucho en la investigación para entender al personaje y entender esos sufrimientos”, agrega.

Caetano empezó a pensar en “Baby” hace seis años y creó al protagonista a partir de muchas entrevistas con jóvenes LGTB sin techo.

Pero la película cambió mucho en esos seis años de escritura.

“Tuvimos un gobierno de Bolsonaro, tuvimos una serie de cuestiones muy tensas en Brasil, una polarización muy fuerte y una violencia cada vez más grande contra los cuerpos LGTB, los negros, las mujeres”, recuerda el director, en unas circunstancias que le llevaron a ir modificando el guión.

El cineasta lleva 15 años filmando en Sao Paulo, una ciudad que atrae a miles de personas en busca de una vida mejor, y se interesa sobre todo en los que viven literalmente en la calle.

“Soy un enamorado de Sao Paulo, uno de los raros”, bromea.

“Me gusta imaginar el mapa de la ciudad como el mapa de un cuerpo. Tiene ojos, tiene un corazón pero también tiene cicatrices, dice el director, cuyo anterior filme “Corpo elétrico” ya estaba ambientado ahí.

Para él, esta gigantesca ciudad tiene una generosidad dentro de todo ese anonimato, de tanta confusión [...]. Siempre va a encontrar alguna cosa para usted, aunque no será lo que imaginaba, no será lo que esperaba, pero se verá sorprendido por algo que no sabía que quería, explica. “Para mí, narrativamente, es muy interesante”.

“Baby” forma parte de la Semana de la Crítica, una sección paralela del Festival de Cannes. Es candidata al premio Queer Palm, centrado en los filmes de temática LGBT.

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“No somos enfermos mentales”: trans protestan en Perú

Decenas de activistas LGTB se agruparon bajo esta misma consigna para protestar este viernes contra un decreto del gobierno peruano que cataloga la transexualidad como “trastorno mental”.

La norma que enfureció a las organizaciones que defienden la diversidad sexual incorpora una vieja clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Es un decreto que nos retrocede más (de) tres décadas, cuando se ‘descataloguizó’ la homosexualidad desde la OMS (...) No podemos vivir en un país donde nos consideren enfermas o enfermos”, señaló a la AFP Jorge Apolaya, portavoz del Colectivo Marcha del Orgullo Lima.

Unos 200 manifestantes se reunieron frente a la sede del Ministerio de Salud, en Lima, para rechazar la decisión del gobierno de mantener en firme el decreto, pese a las protestas que coincidieron con el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia.

“Es una normativa que nos violenta (...) nos están colocando como personas enfermas, como si tuvieramos un problema y la identidad de género es todo lo coantrario” sostuvo Áfrika Nakamura, una comunicadora audiovisual de 25 años.

Bajo lemas como “¡No es enfermedad, es diversidad!” y “Somos trans y no somos enfermas, aquí está la resistencia trans”, los manifestantes bloquearon por unas horas la transitada y céntrica avenida donde está el ministerio, sin que se reportaran choques con la policía.

“Reclamamos la derogación porque estigmatiza a las identidades transgénero, no podemos ser catalogadas frente a un diagnóstico patologizante”, dijo a la AFP Maju Carrión, directora de la asociación TRANSformar.

- “Interpretación errónea” -

Un portavoz del Ministerio de Salud justificó la vigencia del decreto, y alegó que su anulación impediría que los afiliados al sistema de salud, sobre todo al privado, accedan a más servicios de salud mental.

“El decreto se va a mantener porque no podemos quitar el derecho de atención”, dijo a la AFP Carlos Alvarado, director de Aseguramiento e Intercambio Prestacional del ministerio.

Según el portavoz oficial, “ha habido una mala lectura y una interpretación errónea” del decreto.

La transexualidad “no es un problema de salud mental y estamos de acuerdo con eso, a tal punto que hay varios documentos del ministerio que lo especifican”, expresó Alvarado.

El decreto actualiza el Plan Esencial de Aseguramiento en Salud (PEAS), una lista de los beneficios mínimos a los que tiene derecho un afiliado de la salud pública, mixta o privada.

Sin embargo, empleó una antigua clasificación de la OMS, conocida como CIE-10, con la descripción que puso en alerta a los grupos LGBT.

Desde 2022, la organización dejó de caracterizar la transexualidad como un trastorno mental.

Alvarado insistió en que la intención del gobierno fue ampliar la atención en salud mental a tratamientos ambulatorios, siquiátricos, endocrinológicos derivados de la identidad de género, que antes del decreto no eran cubiertos por aseguradoras privadas, principalmente.

“La idea es hacer la transición al CIE-11 lo más rápido posible”, sostuvo Alvarado, sin especificar si esto implicaría la expedición de un nuevo decreto más adelante.

- Consecuencias -

Para los colectivos LGBT, mientras la norma siga vigente, sus miembros están expuestos a “graves consecuencias”, como a las mal llamadas terapias de conversión, que agencias de la ONU equiparan con torturas.

“No hay que olvidar que las terapias reparativas consistían en tratamientos (como) electroshock, baños en hielo”, comentó el portavoz del Colectivo Marcha del Orgullo Lima.

Perú no reconoce el matrimonio ni la unión civil entre homosexuales, ni permite que las personas trans incluyan en sus documentos su identidad de género.

En un artículo publicado en su página web, la ONG Human Rights Watch (HRW) también llamó la atención sobre los efectos de “este decreto sesgado y poco científico”.

“Patologizar de manera oficial a las personas LGBT (...) puede socavar gravemente los esfuerzos por mejorar la protección de los derechos basados en la orientación sexual y la identidad de género”, advierte la organización.

© Agence France-Presse